Dra. de Blanko
“…El presente es lo único que tenemos, el presente es lo único que hay…” (Julieta Venegas)
Todos lo sabemos.
Hace 2 días le recibí turno al Dr. Tobón, un colega y muy buen compañero de trabajo, de esos con los cuales uno sabe que puede contar, que es un buen tipo y que por cuestiones del rural uno comparte mucho tiempo. El me debía recibir nuevamente a las 7 de la mañana y no llegó; arreglé todo y me fui, 3 horas después, me llama otra rural a decirrme que lo encontraron en la cama muerto. En el momento no lo creía, me impactó, toda la tarde lo pensé, me sentí mal por él y por familia un largo rato… y luego se me pasó.
Todos lo sabemos.
Pero cuando la muerte se pasea de cerquita –sin tocar a quienes amas- es cuando se sienten todas esas frases que aunque sean muy reales, generalmente se mantienen ajenas, y no creo que sea por “no valorar la vida”, al fin y al cabo quien quiere vivir pensando en morir…como va a ser?, le dolerá?, que hay después? .
Es espantosamente inminente.
Y por esto precisamente estoy preocupada por mi.
Hace un par de días fallecieron dos pacientes, la primera tenía una seria enfermedad de base y sé que medicamente no pude hacer mas, la paciente falleció en mi turno. No sentí culpa, no me sentí triste, no me sentí mal…no sentí nada. No le di importancia al hecho de no sentir, solo lo dejé pasar. Días después, un colega me llamó de urgencia para ayudarle con un paciente que entró en paro cardiaco, hice todo el protocolo de manejo, le hicimos hasta el cansancio y más, pero también falleció. Tampoco sentí culpa. Y con ese paciente empecé a pensar y a sentirme mal por no sentirme mal. Esta bien, lidiamos con la muerte y todo el discurso al respecto, pero no sentir nada? Mi explicación fue “una cosa es un paciente, otra un amigo y otra muy distinta la familia”.
Hace un par de días fallecieron dos pacientes, la primera tenía una seria enfermedad de base y sé que medicamente no pude hacer mas, la paciente falleció en mi turno. No sentí culpa, no me sentí triste, no me sentí mal…no sentí nada. No le di importancia al hecho de no sentir, solo lo dejé pasar. Días después, un colega me llamó de urgencia para ayudarle con un paciente que entró en paro cardiaco, hice todo el protocolo de manejo, le hicimos hasta el cansancio y más, pero también falleció. Tampoco sentí culpa. Y con ese paciente empecé a pensar y a sentirme mal por no sentirme mal. Esta bien, lidiamos con la muerte y todo el discurso al respecto, pero no sentir nada? Mi explicación fue “una cosa es un paciente, otra un amigo y otra muy distinta la familia”.
Hace 2 días le recibí turno al Dr. Tobón, un colega y muy buen compañero de trabajo, de esos con los cuales uno sabe que puede contar, que es un buen tipo y que por cuestiones del rural uno comparte mucho tiempo. El me debía recibir nuevamente a las 7 de la mañana y no llegó; arreglé todo y me fui, 3 horas después, me llama otra rural a decirrme que lo encontraron en la cama muerto. En el momento no lo creía, me impactó, toda la tarde lo pensé, me sentí mal por él y por familia un largo rato… y luego se me pasó.
Ayer estuve en el funeral y hoy en el entierro, esta es la hora que no me ha salido ni una lagrima (y yo soy bien llorona) ya no siento tristeza; hago las cosas por respeto y me siento rara cuando están todos los colegas llorando o tristes, porque yo estoy tranquila y al mismo tiempo pienso que no es alguna de las pocas personas que me importan en la vida y me siento mas tranquila.
Estoy preocupada por mi,
por que no me duele?
Por que no estoy triste?
Cuando me volví así de insensible y egoísta con la vida?